En una decisión histórica, el Parlamento alemán aprueba una de las leyes más permisivas de Europa en cuanto al cannabis, permitiendo la posesión de hasta 25 gramos y el cultivo de tres plantas para uso personal.
En un giro legislativo considerado uno de los más progresistas de Europa, Alemania ha legalizado la compra y el cultivo de cannabis para uso personal. La nueva ley, aprobada por una amplia mayoría en el Parlamento alemán, entrará en vigor el 1 de abril, marcando un cambio significativo en la política de drogas del país.
Con 407 votos a favor y 226 en contra, la legislación permite a los ciudadanos alemanes obtener hasta 25 gramos de cannabis al día para consumo personal y cultivar hasta tres plantas en sus hogares. Las asociaciones de cultivo de cannabis, que estarán sujetas a regulación, facilitarán el acceso seguro y controlado a la planta.
El socialdemócrata Olaf Scholz, quien lidera el gobierno, ve esta ley como una reforma clave que pone fin a la ineficaz prohibición y control del cannabis, apuntando a un enfoque más pragmático y orientado a la salud pública. Según el Ministro de Salud, Karl Lauterbach, la medida tiene como objetivo proteger a los jóvenes de los peligros del mercado negro, asegurando un producto seguro y regulado.
Sin embargo, la legislación ha sido recibida con críticas por parte de la oposición conservadora y ciertos sectores de la sociedad, quienes argumentan que la ley podría incrementar los riesgos para la salud de los jóvenes. A pesar de las preocupaciones, un sondeo reciente muestra que la opinión pública está relativamente dividida, con un ligero margen de apoyo a la nueva ley.
La legalización del cannabis en Alemania sigue la tendencia de otros países europeos como Malta y Luxemburgo, y se alinea con las políticas de naciones como Uruguay y Canadá, que han adoptado enfoques similares hacia la regulación del cannabis.
Esta legislación se enfrenta a críticas no solo de la oposición política sino también de asociaciones médicas y del poder judicial, quienes expresan preocupaciones sobre las implicaciones de salud pública y seguridad. No obstante, el gobierno alemán sostiene que la reforma es un paso adelante hacia el combate efectivo contra el narcotráfico y la protección de los consumidores.
Con la legalización del cannabis para uso personal, Alemania se posiciona en la vanguardia de la política de drogas en Europa, abriendo un debate sobre la regulación y el consumo responsable que probablemente resonará en otros países del continente.