El cáñamo no solo mejora la biodiversidad agrícola, sino que también es clave en la lucha contra la intolerancia al gluten y problemas alimentarios. Investigaciones en Argentina revelan su poder nutritivo en alimentos sin gluten, como las pastas.
En 2023, la incorporación oficial, por parte del Ministerio de Agricultura, de las semillas de cáñamo al Código Alimentario Argentino, potenció un avance significativo para la industria alimentaria de Argentina. Esta medida permite el uso alimentario de un producto que destaca por sus beneficios nutricionales, incluyendo un alto contenido de proteínas, ácidos grasos esenciales como el Omega 3 y 6, y una gran cantidad de vitaminas y minerales. Con esta modificación, el cáñamo se posiciona como un superalimento capaz de mejorar la salud pública y fomentar la diversidad agrícola en el país.
Atrás quedaron los tabúes y temores sobre estas plantas, dando lugar a un diálogo más abierto y basado en evidencia científica. Entre las múltiples sorpresas que nos ofrece el cáñamo, su arista culinaria y nutritiva se destaca de manera insuperable. A pesar de ser una planta con miles de años de historia junto a la humanidad, investigaciones recientes continúan revelando nuevos beneficios, especialmente relacionados con la nutrición y la salud pública.
Un ejemplo destacado es la semilla de cáñamo (Cannabis Sativa L.), que ha demostrado ser un alimento con altos valores nutricionales y grandes beneficios para la salud en todas las etapas del ciclo vital.
Como explica Agustín D’olivo, ingeniero agrónomo y productor de alimentos agroecológicos en Córdoba: “El cáñamo tiene beneficios para la salud del suelo y del ecosistema en general. En lo que respecta a la salud humana, sus productos como el aceite prensado en frío y la harina de semilla desgrasada y molida aportan nutrientes esenciales.” D’olivo lidera un emprendimiento en pleno desarrollo en Colonia Caroya, enfocado en la obtención de variedades de cáñamo que permitan producir alimentos como aceites y harinas de alta calidad.
En Argentina, la Ley 27669 aprobada en 2022 regula el cultivo de cáñamo industrial, lo que ha impulsado proyectos como el de D’olivo, quien afirma: “Sembramos cáñamo para agregar biodiversidad a nuestras rotaciones agrícolas y a nuestra cartera de alimentos.”
Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos del cáñamo en la actualidad es su potencial para combatir problemas alimentarios graves, como la intolerancia al gluten. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2019), la obesidad y la desnutrición coexisten en Argentina, mientras que la ANMAT (2020) informó que 1 de cada 167 adultos y 1 de cada 80 niños en el país son celíacos. En este contexto, un reciente estudio del CONICET ha puesto en valor el uso de la harina de cáñamo en alimentos sin gluten, como las pastas.
Diego Bertone, ingeniero agrónomo y partícipe de la investigación, explica: “El estudio se centró en analizar cómo el cáñamo podría enriquecer las pastas libres de gluten, mejorando el contenido proteico, de fibra y de compuestos como flavonoides.”
Los resultados fueron prometedores, concluyendo que “el agregado de harina de cáñamo incrementa significativamente el contenido de fibra y proteínas, mejorando la calidad nutricional de las pastas sin gluten.” Esto abre la puerta a nuevas oportunidades en la industria alimentaria y al desarrollo de productos derivados del cáñamo que, aunque no tienen efectos psicoactivos, son altamente nutritivos.
Como destaca Bertone, el cáñamo no solo es un alimento consciente, sino que también tiene un impacto positivo desde la primera nutrición de una persona, ya que su consumo contribuye al equilibrio de la microbiota intestinal, clave para el sistema inmunológico.