En un momento particular para el país, el viejo pero actualizado Cáñamo Industrial, parece abrirse camino entre la clase política Argentina. Han pasado más de 83 años de prohibición desde que el Gobierno Federal Norteamericano decidiera ilegalizar a la planta de Cannabis, y desde ese entonces hasta ahora sucedieron muchísimas cosas.
En un momento particular para el país, el viejo pero actualizado Cáñamo Industrial, parece abrirse camino entre la clase política Argentina. Han pasado más de 83 años de prohibición desde que el Gobierno Federal Norteamericano decidiera ilegalizar a la planta de Cannabis, y desde ese entonces hasta ahora sucedieron muchísimas cosas. Cuando uno ve los alcances tecnológicos alrededor de la industria del Cáñamo queda clarísimo que su prohibición fue para favorecer a determinados sectores que se veían perjudicados con la competencia de esta planta, estos mismos también supieron encontrar la excusa perfecta para la prohibición y estigmatización: "La Marihuana".
Se lanzó entonces una campaña sin precedentes de demonización y persecución a los consumidores de cannabis medicinal y/o recreativo en una “caza de brujas” tremenda. Violando los derechos humanos en todo el mundo hasta el día de hoy. La gran reactivación del Cáñamo después de su prohibición mundial (1937) es a mediados de la década de los ochenta, donde varios países europeos presentaron sus demandas para poder plantar Cannabis Sativa L. como Cáñamo industrial con niveles bajos de THC (principal molécula psicoactiva). En la actualidad hay unos 35 países involucrados con la producción de cáñamo, y hay distintas y múltiples industrias en relación. Algunos ejemplos:
En la industria alimentaria, las semillas de cáñamo y las tortas oleaginosas se utilizan para alimentos y bebidas como una fuente alternativa de proteínas, se realizan también suplementos dietarios por su altísimo valor nutricional. El aceite también se utiliza en productos medicinales, terapéuticos y farmacéuticos. Lo que abre un mundo de infinitas posibilidades productivas. La creciente tendencia y conciencia social sobre las ventajas dietéticas, medicinales y Fito terapéuticas del aceite, junto con la demanda de las industrias de cosméticos y cuidado personal, están a cada momento impulsando el crecimiento del mercado en todo el mundo. Inclusive en nuestro país. El aceite obtenido de semillas trituradas se utiliza en jabones, lociones, champús, geles de baño, aseo, y muchos productos más.
En lo que respecta a cuidado animal, el cáñamo es un producto agrícola que se usa ampliamente: En alimentación (las semillas tienen un alto contenido de proteínas, ácidos esenciales, alto valor nutricional, etc.) En veterinaria y distintas terapias, en camas para caballos, en piedras para gatos, etc.
En la industria automotriz, en países como Holanda, Alemania, Francia, Inglaterra, por ejemplo. Los materiales de aislamiento y los biocompuestos consumen una cantidad significativa de fibras de cáñamo, estos se utilizan principalmente para moldear distintas partes de las carrocerías de los autos. Es un material súper liviano, con propiedades termodinámicas, de alta resistencia y biodegradable.
Además la demanda de construcción ecológica, permacultural y alternativa que en muchos lugares del mundo está surgiendo como respuesta de la gran contaminación ambiental, impulsa cada vez más la producción de materiales de construcción a base de cáñamo. En países europeos, como el Reino Unido, Francia e Irlanda, muchas viviendas particulares utilizan una cantidad significativa de hempcrete (hormigón ecológico hecho de cáñamo y cal). También las fibras robustas, tienen una alta capacidad absorbente y contienen una gran cantidad de celulosa lo que le abre la puerta a la industria textil. En el 2019 el tamaño del mercado mundial de cáñamo industrial se estimó en 4,71 mil millones de dólares y se calcula que al cerrar este año haya tenido un aumento aproximado del 15 %. (Datos estimados por la compañía holandesa Hemp Flax, número uno a nivel mundial).
El cáñamo industrial es un cultivo altamente regulado en casi todo el mundo y se requieren permisos estatales diferentes dependiendo el país, para cultivar, procesar, distribuir y usar estos productos. Es gracias a estas regulaciones que en distintas regiones del mundo se está consumiendo una cantidad significativa de este material y se espera que durante los próximos años el mercado se incremente de forma notable. Teniendo en cuenta que en la industria del cáñamo siempre la actividad ha fluctuado según la época, podemos afirmar que hace 100 años aproximadamente había centenares de pequeños y medianos emprendimientos cañameros desparramados por todo nuestro país.
Las pruebas de esto están ni más ni menos que en los archivos municipales de contabilidad, propiedad y producción de muchísimas localidades. Quizás, el emprendimiento más recordado sea el de Flandria en la Provincia de Buenos Aires en la localidad de Jáuregui, donde hasta 1977 se cultivaron varias hectáreas de cáñamo para la industria textil.La última dictadura cívica militar (1976-1983) prohibió al Cáñamo industrial asociándolo con la Marihuana. Se sanciono un decreto prohibiendo a la Cannabis Sativa L. Debido al creciente desarrollo del Nylon, la industria cañamera ya venía en detrimento a nivel mundial, sumando la propaganda de persecución de la Marihuana, que venía del país del norte, los militares terminaron de cerrarle la puerta al cáñamo, al cannabis medicinal y recreativo. Es interesante recordar que la planta es la misma, solo que llamamos Cáñamo Industrial en esta época contemporánea, a las variedades que poseen menos de 1% de THC.
El gran desafío Argentino.
No tiene lógica que un país como el nuestro no esté dentro de los países productores de Cannabis industrial, más aun habiendo tenido un pantallazo general de sus múltiples usos, como ya hemos mencionado anteriormente. La responsabilidad ha sido de la clase política que durante años miro para otro lado y solo se preocupó de la represión contra nuestros jóvenes por el tema "Marihuana". Es por esto, que los que proponemos al Cáñamo como alternativa para los malgastados campos argentinos, celebramos que por fin nuestros representantes tomen la decisión de regular la actividad de esta industria. Recientemente el Senador Luenzo y la diputada Mara Brawer introdujeron los borradores correspondientes en el Senado y en la Cámara de Diputados. Esta sincronicidad en la presentación de los proyectos de ley nos da una esperanza en cuanto a la voluntad política de llevar adelante esta gran empresa. Para lograr que las nuevas leyes pasen, es necesario un gran debate en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Debemos hacernos cargo del impacto ambiental y estudiar en profundidad las consecuencias de la contaminación y del consumo irracional de materiales no ecológicos de estos tiempos. Estos serán algunos de los análisis e interrogantes que se ven venir. La elección del Cáñamo industrial como alternativa agroecológica es el camino que debemos tomar, pero si el estado no lo toma para promocionar su actividad será muy difícil instalarlo. En un año sin precedentes debido al covid-19, las necesidades de la actividad económica son inmensas en el mundo entero y por supuesto de necesidad más que imperiosa para la Argentina, dicho esto, podemos optar por Cáñamo y de una vez por todas sembrar la esperanza en el entramado productivo nacional.