Opinion
Porque el cannabis puede ser una gran oportunidad para el complejo científico tecnológico en Argentina.

A fines de 2020 se aprobó y reglamentó la Ley Nacional 27350, que habilita la investigación del cannabis para uso medicinal, lo que representa un hecho absolutamente novedoso en varios sentidos. El 5 de mayo de 2022 el Congreso aprobó de Ley para el “Desarrollo productivo del cáñamo, cáñamo industrial y/u hortícola”. Ambas leyes podrían abrir un enorme potencial de articulación público-privada, centrada en el agregado de valor, la generación federal de empleo y la incorporación de tecnología.

12 de Mayo, 2022
Por: Juan Cruz Contreras

Por un lado, la Ley 27350 corona una larga lucha de madres, padres y familias que durante años se enfrentaron al sistema médico, jurídico y policial para darle alivio a algún familiar que padecía una enfermedad. Es, ante todo, una cuestión de “derechos”: lo que antes era ilegal, ahora pasará a ser regulado por el Estado bajo un paradigma de acceso a un derecho. Por otro lado, la iniciativa aprobada recientemente abrirá paso a la producción masiva de cannabis en una “escala industrial”. Al habilitarse la investigación para fines medicinales e industriales, creará enormes posibilidades para el desarrollo de la industria farmacéutica y los laboratorios. Para ello, se deberá primero contar con un volumen de producción primaria de cannabis en cantidades que superan claramente lo producido por el método del autocultivo hogareño. La media sanción del Senado abre entonces la posibilidad de desarrollar toda la cadena de valor del cultivo de cannabis y sus insumos indirectos asociados, la cual tiene particularidades novedosas.

Movilización de asociaciones a favor de la aprobación de la Ley 27350. Foto de: Nicolás Stulberg

En primer lugar, Argentina está ingresando tempranamente a un sector productivo poco extendido a nivel mundial. La investigación, desarrollo y producción de cannabis y derivados están poco desarrolladas, salvo en algunos países. Se trata de un paquete tecnológico que hoy por hoy nuestro país no necesita comprar afuera y tiene, además, las condiciones para un desarrollo de base tecnológico propio. No es, por ejemplo, como la soja y el maíz transgénicos cuyos eslabones determinantes de la cadena de valor (semillas, insumos, traders) están a cargo de multinacionales.

En segundo lugar, nuestro país tiene infraestructura técnica, instituciones científico tecnológicas y las capacidades en recursos humanos altamente calificadas para un desarrollo nacional de base tecnológica en torno al cannabis medicinal, el cáñamo y sus derivados. Posee una institución como el INTA, con gran presencia territorial, una densa formación de especialistas en temáticas centrales (biotecnología, botánica, agronomía, farmacéutica, biología, etc.), una gran trayectoria “extensionista” y una larga experiencia en tecnologías y procesos agrarios. Además, el CONICET, la ANMAT, el INASE, la ANLAP ya han puesto equipos de profesionales altamente calificados a investigar sobre la temática. Existe una red de más de 50 universidades públicas nacionales, algunas de las cuales poseen equipos de investigación y transferencia especializados y con fuerte interacción con el sector socioproductivo que las rodea.

Ya la Ley nacional 27350, abrió enormes posibilidades para la participación de municipios y provincias, en la medida que los habilita a actuar como productores, a realizar investigaciones, procesar e industrializar. Las provincias de La Rioja, Santa Fé, San Juan y Jujuy ya han creado empresas provinciales de mayoría estatal (bajo la figura de SAPEM) y están desarrollando la genética, el material de propagación, el manejo y trazabilidad de todo el proceso de producción. Algunos municipios como Hurlingham, San Martín, Lamadrid y San Pedro han iniciado procesos parecidos.

Diputadas Nacionales Carolina Gaillard y Mara Brawer (quien presento el proyecto de ley para el marco regulatorio)

La presencia de organismos públicos en todas las etapas de producción, desde el diseño y estandarización de la semilla hasta la industrialización y comercialización final como insumo médico, pueden augurar que esta nueva actividad no caiga en el manejo de intereses concentrados como ha ocurrido con otros cultivos (soja y maíz transgénicos), los cuáles han sido un fabuloso negocio para multinacionales que manejan el paquete tecnológico y poseen los eslabones determinantes de la cadena de valor. Esto implicó para el país una marcada dependencia tecnológica (royalties por el uso de “sus semillas RR”, compra de sus insumos como el Round-Up), sesgo hacia escalas de producción gigantescas (aprovechadas por pooles de siembra y especuladores financieros) y transferencia de dólares hacia el exterior (la denominada formación de activos en el extranjero o fuga de capitales). Estos errores no deben repetirse, si bien el cannabis puede convertirse en un “commodity” exportable, el destino de su producción sí tendrá un alto consumo interno para fines medicinales y como insumo de diversas industrias (textil, calzado, reemplazo de plásticos y resinas, reemplazo del tabaco, etc.)

Por otro lado, la mencionada participación estatal puede formatear la cadena de valor de modo que los pequeños y medianos productores puedan participar de la producción sin ser rehenes de las grandes corporaciones.

La demanda hacia el complejo científico tecnológico de los autocultivadores y fundamentalmente de los productores a gran escala será enorme en los próximos años. Todos los eslabones de la cadena requerirán apoyo en los procesos adaptativos y acompañamiento técnico, incluso en materia de insumos y servicios indirectos (infraestructura para invernaderos e indoor, polietileno, sistemas electrónicos de medición y ambientación, instalaciones eléctricas, provisión de software, asistencia técnica para el manejo del cultivo, bioinsumos, compostaje, etc.) Al ser el cultivo de cannabis un insumo para la industria farmacéutica deberá contar con exigentes normativas de calidad y trazabilidad de todos sus procesos, y la experiencia mundial indica que sólo el complejo científico tecnológico local puede brindar esa infraestructura para el desarrollo de base tecnológica.

Juan Cruz Contreras es licenciado en economía política y cursa el posgrado de la Universidad Nacional de Quilmes sobre "Cannabis, regulación y política de drogas".

Editorial
Por Leandro Ayala - Fundador de Industria Cannabis. Presidente de la Confederación Cannabica Argentina y Emprendedor Cannábico.
opinion
Esta presentación compartida en el marco de la Expoindustria Cannabis & Cáñamo y de la I Cumbre Internacional del Cannabis y Cáñamo realizados el 7 al 9 de abril en Mar de Plata, señala como la Argentina puede tener un papel preponderante en el Cáñamo.
Hasta el año 2005 le correspondía exclusivamente a la justicia federal de cada una de las jurisdicciones provinciales en el país. A partir de allí, se dio la posibilidad a las provincias, que así lo deseen, de perseguir, juzgar y condenar algunos delitos contenidos en la ley 23.737. Esto genera que algunas provincias se desfederalicen y persigan delitos de consumo, narcomenudeo o microtráfico, entre otros.
Para comprender el escenario actual del Cannabis y del cáñamo en Brasil, es necesario recordar cómo llegó la planta aquí y cómo se desarrollaron las relaciones sociales a su alrededor.
Últimas Noticias
El próximo 5 de noviembre, los ciudadanos de Florida, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Misuri y Massachusetts decidirán si legalizan el consumo recreativo de marihuana. Estas votaciones son parte de una serie de referendos que abordarán temas sensibles en el país.
La exposición invita a estudiantes de pregrado y posgrado de cualquier disciplina a presentar estudios científicos sobre la planta. El plazo para enviar propuestas es hasta el 25 de octubre.
Nuevo producto fortalece la asociación entre las marcas, que buscan expandir el proceso de educación en reducción de daños y el uso más consciente de sustancias.
Ignacio Ferrari, nuevo interventor, impulsa modificaciones clave en las normativas de cáñamo industrial, con aranceles de hasta 2 millones de pesos para proyectos mayores a 100 hectáreas.
La Copa de Resinas Dab-A-Doo celebra su 47° edición por primera vez en Buenos Aires. Productores y marcas tienen la oportunidad de destacar en un evento que marcará un antes y un después en la cultura del hash en Argentina.
La Comisión Nacional de Trabajo Agrario aprobó la categorización y las condiciones laborales de los trabajadores del cáñamo, con vigencia hasta julio de 2025.
Este evento, que reunirá a expertos y empresas del sector, incluirá una amplia variedad de actividades, desde conferencias hasta la entrega de los premios Tricoma de Oro. Los asistentes podrán disfrutar de zonas Chill Out y música en vivo.
Las autoridades clausuraron el local de la ONG y confiscaron las plantas, incluyendo ejemplares registrados en INASE. Un día antes, los inspectores no habían detectado irregularidades.
Las asociaciones agrícolas denuncian la clasificación del CBD como sustancia narcótica y exigen la libre circulación del cáñamo en Italia.
La nueva ley provincial garantiza el acceso a tratamientos con cannabis y homenajea la lucha de Berta Tachek y su hija, Salomé, quienes inspiraron este avance histórico.
Seleccion del Editor
¿La victoria de Lula abre camino hacia el cambio de paradigma del cannabis en Brasil?
¿Avanzará Fernández cómo hizo Biden?
Se conocieron detalles del plan de Alemania para legalizar el Cannabis
“La construcción siempre tiene que ser colectiva”