Ante las regulaciones y un mercado que se basa en la trazabilidad de los productos derivados del cannabis, el uso de software se vuelve fundamental para visualizar todos los aspectos de la cadena de valor y garantizar calidad desde que se siembra hasta que se vende.
En un contexto de cambios en los marcos legales sobre cannabis y el impulso a desarrollos productivos, hay un aspecto que cobra vital relevancia: el uso de aplicaciones de software integradas para garantizar productos de calidad. Las empresas del sector que ya se encuentran avanzadas en el trabajo buscan soluciones tecnológicas para promover buenas prácticas y herramientas de manufacturación, en la carrera por la competitividad empresarial y en la búsqueda del cumplimiento con órganos rectores o autoridades de aplicación de las normativas vigentes en cada país. Esto requiere un fortalecimiento en la trazabilidad del producto y una gestión de inventarios que se ajusten a lo que establecen las leyes para cultivo. En este sentido, a través de un ERP (por sus siglas en inglés), o Planificación de Recursos Empresariales seed-to-sale (desde la siembra hasta la venta), se puede supervisar y trabajar en diversos aspectos que atraviesan toda la cadena de valor.
Un ERP es un conjunto de aplicaciones de software integradas, capaz de automatizar y centralizar tanto los elementos que conforman la cadena productiva como aquellos vinculados al marketing, servicios, ventas, entre otras. Lo básico de un ERP es que facilite la fluidez de la información con la unificación de los datos que provienen de distintas áreas del emprendimiento. Para que su implementación redunde en una buena experiencia, es necesaria una consultoría previa donde pueda revisarse el modelo empresarial, los procesos que se dan en cada etapa productiva y los aspectos informativos que deban establecerse como comunes a todos los espacios que participan en la producción.
Entre las funcionalidades de los ERP, se encuentra la emisión de reportes que verifican la información precisa de cada planta, como altura, tamaño, necesidades de agua, entre otras, y su rendimiento. Otros aspectos tienen que ver con el seguimiento de lotes y plantas para el cumplimiento normativo; esto es, los niveles que tienen de THC, CBD y otros cannabinoides de relevancia para el producto que se esté pensando, junto con un control de los cogollos, las flores y los terpenos.
A su vez, incorporan una funcionalidad I+D (investigación y desarrollo) para la creación de nuevas extracciones, infusiones y concentrados. En tanto, realizan también un seguimiento de costos en el proceso de cultivo y fabricación, junto con herramientas para realizar reportes que brinden análisis y proyecciones detalladas al respecto, como a través de su integración con aplicaciones de contabilidad y gestión financiera.
Desarrollo en la industria del cannabis en Argentina
Existen empresas líderes a nivel mundial que tienen este tipo de servicios y que han desarrollado software específico para la industria del cannabis, ubicadas sobre todo en Estados Unidos y Canadá, que son proovedores de empresas europeas. Es el caso de OSAS en fusión con ProcessPro. Cabe mencionar también que, en 2016, Microsoft ingresó al mercado cannábico por medio de una asociación con Kind, una empresa estadounidense que diseña software que proporcionan a aquellos empresarios que se encuentran en estados donde el cannabis es legal.
Sin embargo, el desarrollo de aplicaciones integradas es también una oportunidad de negocios para países que se encuentran abriéndose camino en la industria del cannabis. Es el caso de Colombia, que ha tenido como proyecto a Baiotraze, un software que le permite a los consumidores hacer un seguimiento a los procesos de producción de cannabis medicinal con tecnología blockchain (o cadena de bloques) que visibiliza el trayecto que recorrió el producto desde su cultivo hasta su consumo.
En Argentina, si bien el desarrollo del cannabis es muy incipiente y está enfocado en lo medicinal, las experiencias surgidas en torno a la Ley 27350 instan a la investigación y se puede pensar en tecnologías del conocimiento que brinden servicios a los emprendimientos que han comenzado y a los futuros.
A su vez, a través de la Ley de Promoción de la Economía del Conocimiento y las recientes reglamentaciones del Poder Ejecutivo, como el decreto reglamentario 1034/2021 y la disposición del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación 4/2021, se busca impulsar esta actividad y se incluye a empresas provenientes de la Ley de Promoción de la Industria del Software que decidan ingresar en el registro de la Ley de Economía del Conocimiento.
Las empresas de Servicios Basados en el Conocimiento (SBS) exportan cerca de 6 mil millones de dólares al año, una cifra que ubica al sector como el tercer complejo exportador del país, según cifras brindadas por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. Es un dato alentador para cruzar caminos entre un sector con fuerte potencial en el país, como la industria del cannabis, y la economía del conocimiento, que pisa fuerte y tiene fuertes expectativas de desarrollo en el corto plazo.