“La importancia de que las políticas productivas deben incorporar el enfoque de género para reducir las profundas brechas existentes” a partir de la incorporación de mujeres en sus directorios, el acceso al crédito para emprendimientos liderados por mujeres o el otorgamiento de beneficios fiscales para empresas de sectores masculinizados que incorporen mujeres a su plantilla debe ser tenida en cuenta en la ley de producción y desarrollo del cannabis y cáñamo.
La Economia Feminista es una corriente de pensamiento dentro de la economía. Su creación fue en el año 1991 en donde la Asociación Internacional de Economía Feminista apuntaba a reconocer que había una parte de la economista preocupada por la desigualdad económica de género. La corriente de pensamiento centra su trabajo en la preocupación por la desigualdad y en el convencimiento de que las relaciones de género atraviesan las relaciones económicas y que buena parte de la desigualdad socioeconómica se interrelaciona con las desigualdades de género.
La evidencia demuestra que en la región, la mayor parte de las responsabilidades se resuelve en el ámbito de los hogares a través del trabajo no remunerado que por la división sexual del trabajo cae en las espaldas de las mujeres. Esta injusticia reproduce las desigualdades porque genera a las mujeres muchos mayores obstáculos para tener una participación laboral plena, lo que les restringe el acceso a recursos económicos y por ende les dificulta llegar a la autonomía económica.
No hace falta hacer un estudio demasiado profundo para evidenciar que las mujeres seguimos viviendo en condiciones de desigualdad en todo los ámbitos. El laboral, quizás sea uno de los más representativos. Una expresión popular, utilizada por el feminismo en los últimos años, asegura “lo que ustedes llaman amor, es trabajo no pago” y esa frase define de manera simple y clara la cotidianidad de muchas.
Las mujeres que componen el espectro de la economía popular trabajan más horas que los varones, pero ganan menos. Trabajan fuera de sus hogares y cuando terminan siguen haciéndolo dentro de sus casas, ejerciendo tareas que parecen estar “predestinadas para ellas”.
Según datos de Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), la participación femenina en los puestos de dirección del ámbito empresarial de toda la Argentina ;
- es del 34% en direcciones ejecutivas,
- del 39% en jefaturas de administración,
- pero sólo del 23% en jefaturas de producción.
- Ese mismo relevamiento indica que sólo el 8% de las empresas tiene una mujer en puestos de alta dirección y en las grandes empresas sólo el 6,9%.
- Respecto de las industrias, marcan que la tasa de feminización en cargos jerárquicos del sector es sólo del 25%.
- Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) empoderar a las mujeres tiene un efecto multiplicador que ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial. Si se alcanzara la igualdad de género en el mundo se podrían generar u$s 28 millones de dólares, por lo que debemos entender que los mercados reaccionan positivamente a este tipo de iniciativas y que la diversidad aporta valor y balance a los consejos directivos.
LAS MUJERES Y LA TIERRA
Según estimaciones que realizó en 2018 la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) donde determinó que las mujeres producen a nivel mundial entre el 60 y el 80% de los alimentos de los países en desarrollo y la mitad a nivel mundial. Pero paralelamente el 60% de las personas que padecen hambre son mujeres y niñas. Las mujeres campesinas representan la mitad de lxs trabajadorxs rurales que producen alimentos en el mundo. A nivel mundial, sólo el 13% de las personas propietarias de tierras agrícolas son mujeres.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que las mujeres suelen ser excluidas de las decisiones sobre el uso de la tierra y su voz no es tomada en cuenta en las negociaciones sobre proyectos en sus territorios. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) al menos 52% de las mujeres rurales mayores de 15 años son consideradas económicamente “inactivas”.
Esto no significa que no trabajan, sino que se registra la «poca posibilidad de participación y liderazgo [que tienen] en los mecanismos de toma de decisiones, en la ejecución de los programas agrarios o de desarrollo rural, y en los sistemas productivos. En este sentido, las mujeres rurales, campesinas e indígenas siguen enfrentando desigualdades estructurales y políticas socioeconómicas que limitan el reconocimiento y la valoración de su trabajo reproductivo, productivo y comunitario. Todavía enfrentan limitaciones importantes en el acceso a recursos financieros, créditos, mercados, así como a servicios de salud, educación, justicia, vivienda, etc.
CONCLUSION
La industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial proyecta para el 2025 la creación de 10.000 nuevos empleos, 500 millones de dólares en ventas al mercado interno anuales y 50 millones de dólares de exportación anuales.
Actualmente hay 22 iniciativas en marcha en provincias y 80 en municipios.
Lxs productores de las ER son en su mayoría agricultores familiares, es decir que depende principalmente de la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como a hombres, relacionada con varios ámbitos del desarrollo rural, predominantemente en la producción de alimentos, según definiciones de la FAO.
Las mayores trabas están en el plano cultural, barreras invisibles formadas por sesgos inconscientes y estereotipos de género que transforman a la industria en uno de los sectores más masculinizados de la economía.
Hay que educar para cambiar estereotipos culturales, erradicar la violencia de género, desarrollar y masificar espacios de cuidado, igualar las licencias parentales, establecer cupos cuando de forma voluntaria no se generen avances de paridad. También los sindicatos pueden promover la igualdad de género, involucrando activamente a las mujeres en sus directorios".
El trabajo evidencia “la existencia de los llamados “techos de cristal” (dificultades para que las mujeres accedan a cargos jerárquicos) y también de las “paredes de cristal” (obstáculos para que las mujeres accedan a ciertos sectores productivos)”.
“La importancia de que las políticas productivas deben incorporar el enfoque de género para reducir las profundas brechas existentes” a partir de la incorporación de mujeres en sus directorios, el acceso al crédito para emprendimientos liderados por mujeres o el otorgamiento de beneficios fiscales para empresas de sectores masculinizados que incorporen mujeres a su plantilla debe ser tenida en cuenta en la ley de producción y desarrollo del cannabis y cáñamo.
Nadia Podsiadlo: Abogada litigante con orientación penal ( Universidad Nacional de Córdoba), Diplomada en Criminología y Criminalística ( Universidad Siglo 21), Diplomada en Derecho Penal ( Club de Derecho), Diplomada en Educación en contextos de encierro ( Ceade), Integrante del Programa Universidad, Sociedad y Cárcel ( Pusyc) UNC, Docente por el Observatorio de DDHH de la UNC en distintos Establecimientos Penitenciarios de la provincia de Córdoba, Secretaria Académica de la Sala de Ejecución Penal del Colegio de Abogadxs de Córdoba, Integrante del Equipo de Investigación del Observatorio de DDHH de la UNC sobre “ Género y Narcotráfico”. Secretaria en la Cámara del cannabis Córdoba. Representante legal de Organizaciones cannábicas, Oradora invitada a la Legislatura de Córdoba en el proceso de Adhesión de la ley de Cannabis Medicinal, Oradora invitada al Senado de la Nación por el proyecto de ley de Producción e Industrialización del Cannabis y Cáñamo, abogada partícipe en la presentación de uno de los proyectos de adhesión de Córdoba a la ley 27350, abogada participe junto al Municipio de San Marcos Sierra y Comuna de San Lorenzo de los proyectos de adhesión de la ley de Cannabis Medicinal de la Provincia de Córdoba. Autora de la publicación “Córdoba y su política de drogas”- Breve Enunciación” para Reset. Co- autora de la publicación “La intimidad como Derecho Humano, tenencia para consumo personal en contextos de encierro”, Editorial Erreeius. Capacitadora en jornadas de “Cannabis Medicinal y Marco Legal” en Fundación Integral de Salud Alta Gracia, y en la Municipalidad de San Lorenzo. Columnista de Opinión en Industria Cannabis.