Funcionarios y activistas se reunieron en el Museo Cannábico de Montevideo donde remarcaron la necesidad de realizar modificaciones a la ley vigente por sus contradicciones en la práctica. Avanza el proyecto de acceso universal al cannabis para uso adulto, vendido de forma segura e informada. Podría generar 100 millones de dólares anuales extra para el fisco.
Uruguay avanza en los debates para modificar su legislación y ampliar el acceso al cannabis legal y, de este modo, potenciar su industria. El primer país en legalizar la producción, distribución y consumo de cannabis recreativo en 2013, se encamina ahora a habilitar la venta a turistas, a partir de modificaciones a la normativa vigente. Esto lo ubicaría a la vanguardia a nivel mundial.
El Gobierno uruguayo trabaja desde hace cuatro meses en diseñar un plan para vender cannabis a turistas, en principio en farmacias, aunque también podría ser en dispensarios o tiendas. En esa tarea están abocados Daniel Radío, secretario general de la Secretaría Nacional de Drogas (SND) y presidente del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA); el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio; Nicolás Martinelli, asesor del presidente Luis Lacalle Pou; y el director ejecutivo del Ircca, Diego Serrano.
“Vamos por nuevos pasos para la legalización porque todavía falta un camino que recorrer, en particular que los turistas puedan acceder al cannabis en igualdad de condiciones que los uruguayos. Necesitamos que se tome en serio al cannabis como un sector que puede aportar al desarrollo de Uruguay”, dijo a Industria Cannabis Eduardo Blasina, director del Museo de Cannabis de Montevideo -el primero de su tipo en América Latina- e ingeniero agrónomo vinculado desde hace años a la regulación del cannabis en Uruguay.
Ayer, con motivo de la reinauguración de este Museo ubicado en el histórico Barrio Sur de Montevideo, activistas pidieron a funcionarios del Gobierno nacional la venta de cannabis a turistas y, también, la posibilidad de que los uruguayos puedan comprar cáñamo para consumo interno, ya que actualmente no está permitido por contradicciones de la ley y las producciones se destinan a la exportación, sobre todo a Suiza.
En el panel que se desarrolló en el Museo de Cannabis de Montevideo participaron, junto con Blasina y Daniel Radío, Alicia Castilla, escritora e histórica activista cannábica; el experiodista y socio ejecutivo de la tienda Tierraviva, Juan Sader. También estuvieron activistas, funcionarios y ex funcionarios, empresarios, académicos y científicos.
“No hablamos de turismo cannábico, sino de acceso universal al cannabis para uso adulto. Que se termine con el registro de las personas que pueden comprar cannabis para que sea libre y se pueda comprar en la cantidad que quieran”, dijo a este medio Sader.
Funcionarios y activistas sostienen que la ley está mostrando sus límites en la práctica y necesita actualizarse, debido entre otros factores al corrimiento de las compras al mercado negro, donde es más fácil conseguir el cannabis. A su vez, piden que en los nuevos lugares donde se pueda comprar profesionales asesoren a los clientes. “Todos coincidimos en que es hora de blanquear, crear un cannabis comercial que le genere rentabilidad al país y que sea vendido de una forma informada y regulada”, añadió Sader.
Según cálculos de quienes impulsan los cambios normativos, la venta libre sin registros, en farmacias y dispensarios, podría generar un piso de 100 millones de dólares anuales más al fisco.
“Precisamos acabar con el registro y entender que hay que abrir para el turismo, porque los turistas no van a venir a encontrar acá algo diferente a lo que tienen en sus casas, donde seguramente tengan buenos porros, pero quieren venir a saber la sensación de lo que es fumar en libertad”, amplió Alicia Castilla en diálogo con Industria Cannabis.
Las modificaciones a la ley
Radío había dado algunos detalles el 13 de noviembre sobre el proyecto del Gobierno, en una entrevista concedida al diario El País. La propuesta busca modificar aspectos de la Ley 19.172 de regulación y control del cannabis -promulgada el 20 de diciembre de 2013 por el entonces presidente José Mujica- para permitir que, en principio, sólo las farmacias puedan vender cannabis a los turistas y avanzar de forma gradual a otras formas de acceso.
“En Uruguay están dadas las condiciones para que haya coffee shops o dispensarios, no queremos que se sostenga el negocio en el monopolio de las farmacias porque no es el único lugar desde donde acceder”, señaló Blasina. “El cannabis le ha hecho muy bien a la imagen de Uruguay, como un país moderno y libre, pero después cuando la gente llega muchas veces se sorprende porque la situación no es como la imaginaban al salir y todo termina en una lógica que los termina empujando al mercado negro y discriminando con respecto a los urugayos”, remarcó.
Radío había admitido que le gustaría dar este paso en materia regulatoria “lo antes posible para empezar a probar qué pasa”, y sostuvo que la ley 19.172 presenta una “inequidad de base” al permitir el acceso al cannabis solo a ciudadanos uruguayos y extranjeros residentes.
A su vez, según dijo a medios locales el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, el objetivo no es promover a Uruguay como un destino para el turismo del cannabis, sino alejar a los turistas del mercado negro y llevarlos al mercado regulado.