El triunfo demócrata en las elecciones y la reclasificación del cannabis que hizo la ONU por su uso médico modificaron a favor el panorama para la industria. La media sanción a la Ley MORE y cómo es la situación en el Senado. Qué escenario normativo y qué impacto económico podría generar la aprobación de este proyecto.
La Cámara de Representantes del Congreso estadounidense dio media sanción a la Ley MORE (Ley de Oportunidad, Reinversión y Eliminación de la Marihuana), que es patrocinada por la Vicepresidenta electa Kamala Harris. El proyecto busca eliminar la marihuana de la Ley Federal de Sustancias Controladas y proporcionar fondos a través de programas de equidad social para las personas y comunidades directamente afectadas por la guerra contra las drogas. “Este cambio se debió hace mucho tiempo y se reduce a un principio fundamental: la libertad”, expresó la Representante demócrata Tulsi Gobbard.
La votación del 4 de diciembre fue un paso histórico en la pelea por la legalización de la marihuana, pero resta la aprobación del Senado, que cuenta con mayoría republicana -reacia a estos cambios-, lo que indica que será difícil llegar a la promulgación de la ley. Si bien ya varios Estados permiten el acceso legal al cannabis medicinal, y otros, el acceso legal al cannabis recreativo, aún continúa siendo una deuda una legislación federal que proteja el derecho de las personas y otorgue herramientas para impulsar la industria del cannabis en Estados Unidos. De aprobarse este proyecto, la potencia del norte pondría fin a las tensiones entre las leyes a nivel federal y estatal.
Las últimas elecciones estadounidenses arrojaron como resultado un éxito unánime de todas las medidas que se incluyeron en la boleta electoral sobre las drogas. Según una encuesta de Gallup, el 68% de los estadounidenses, incluida la mitad de los republicanos, apoyan la legalización total de la marihuana. Esta cifra es la más alta jamás registrada e indica que el pueblo estadounidense quiere poner fin a la guerra contra las drogas. “El 68% de los estadounidenses apoyan la legalización de la marihuana. Este año, Dakota del Sur, Arizona, Montana y Nueva Jersey se unieron a otros 11 estados para legalizarlo. Sin embargo, el gobierno federal todavía clasifica la marihuana como una droga peligrosa. El Senado debe escuchar al pueblo estadounidense y votar este proyecto de ley”, dijo la representante Alexandria Ocasio-Cortez, tras la votación histórica.
Luego de las elecciones, los republicanos ya tienen garantizados 50 de los 100 asientos del Senado. Los demócratas necesitan ganar los dos escaños pertenecientes a Georgia que irán a segunda vuelta el próximo 5 de enero. Estas plazas le permitiría igualar a los republicanos. En caso de empate, la futura vicepresidenta, Kamala Harris, tiene el voto definitivo en calidad de presidenta del Senado, lo que en la práctica daría a los demócratas el control del Senado. Pero un Senado republicano complicaría las posibilidades de que se sancione la Ley Federal MORE.
El alcance de la Ley MORE
Además de eliminar la marihuana de la Ley Federal de Sustancias Controladas, la Ley MORE proporcionaría fondos a través de programas de equidad social para las personas y comunidades directamente afectadas por la guerra contra las drogas. Según los datos provistos por la organización Drug Policy Alliance, más de 600 mil personas fueron arrestadas por tenencia de Marihuana en el 2018. Entre ellas, el 27 % corresponde a personas de color (un gran porcentaje teniendo en cuenta que la población negra comprende el 14% de los habitantes de Estados Unidos).
"El uso de la marihuana es un comportamiento socialmente aceptable o es una conducta criminal, pero no puede ser un comportamiento socialmente aceptable en algunos barrios y una conducta criminal en otros cuando la línea divisoria es la raza, y por eso debemos aprobar la ley MORE, despenalizar la marihuana en Estados Unidos y dar vida al principio de libertad y justicia para todos", dijo Earl Blumenauer, congresista demócrata por Oregon, al defender la legalización de la Marihuana en su presentación en el Congreso.
En este sentido, la Ley MORE reduciría las disparidades raciales en los arrestos por drogas, revocaría las sanciones relacionadas con la inmigración por delitos de marihuana y brindaría la oportunidad para volver a dictar sentencia y eliminar los antecedentes penales federales para aquellos con condenas relacionadas con la marihuana, entre otras cosas.
En esta línea, la directora ejecutiva del programa estadounidense de Human Rights Watch, Nicole Austin-Hillery, explicó que la promulgación de la Ley MORE sería un paso hacia la reversión de décadas de políticas perjudiciales que tiene un impacto desproporcionado en las comunidades de color. “La penalización del consumo de drogas ha pasado factura y tenido efectos devastadores en innumerables familias en EE.UU. discriminando a las personas de color”, explicó la directora.
Por su parte, la Ley MORE impondría un impuesto federal sobre las ventas minoristas del 5% sobre los productos de marihuana, con ingresos destinados a las personas y empresas de las comunidades más perjudicadas por la guerra contra las drogas.
Esta recaudación se destinará a tres programas. El primero, Community Reinvestment Grant, proveerá servicios como capacitaciones laborales, apoyo legal y programas de reinserción social. Otro de ellos es Cannabis Opportuniy Grant que apunta a brindar apoyo a pequeños comerciantes en la industria cannábica. Por último, Equitable Licensing Grant, que propone equiparar condiciones entre pequeñas y grandes empresas a la hora de solicitar licencias de venta y producción.
“Durante mucho tiempo he creído que cualquier esfuerzo para reformar las leyes de marihuana de nuestra nación, también debería incluir medidas significativas para deshacer los daños que demasiadas familias y comunidades han sufrido como resultado de la guerra contra las drogas. Estos proyectos de ley son parte de un movimiento más amplio para abordar inequidades en la justicia penal, los negocios y más" , manifestó el senador demócrata Chuck Shummer.
La necesidad de la Ley Bancaria Segura y el potencial de la industria
Actualmente, 33 estados de EE.UU. y el Distrito de Columbia permiten el acceso legal a la marihuana medicinal, mientras que 11 estados más el Distrito de Columbia también permiten el acceso legal a la marihuana recreativa. Pese a las legislaciones propias de cada Estado, una de las principales complicaciones que tienen los estados y las empresas ligadas a la industria del cannabis medicinal y recreativo es acceder a servicios bancarios tradicionales por la falta de una legislación federal.
La Ley MORE vendría a suplir estas falencias permitiendo a los estados regular los mercados comerciales de cannabis, poder acceder a las deducciones que tiene acceso cualquier empresa ordinaria y allanar el camino para el comercio interestatal e internacional de marihuana.
A su vez, estos puntos están interrelacionados con la Ley de Banca de Aplicación Segura y Justa, que daría a las empresas de cannabis acceso a los mismos instrumentos financieros que todas las empresas de Estados Unidos pueden utilizar. Esta ley recibió media sanción en septiembre de este año y espera por el tratamiento en el Senado.
Según un informe de Leafly, el cannabis legal genera alrededor de 300 mil puestos de trabajo directo e indirectos y las ventas oscilan los 11 mil millones de dólares anuales en Estados Unidos. En comparación, para entender la dimensión y proyección que puede tener esta industria, actualmente hay alrededor de 52 mil puestos de trabajos en la industria minera de carbón, mientras que los fabricantes de cerveza emplean a 69 mil trabajadores cerveceros y la industria Textil unas 112 mil personas.
La ola pro Cannabis
El triunfo de la fórmula Biden-Harris en el camino hacia la Casa Blanca trajo un halo de esperanza tanto en las organizaciones como en las empresas ligadas a la industria del Cannabis. En la plataforma electoral de los candidatos demócratas se puntualizó el apoyo a la despenalización y legalización de la marihuana para uso medicinal a nivel federal.
En la previa a la confirmación oficial del triunfo de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, las acciones de empresas del sector cannábico han tenido un gran ascenso en el mercado. Un caso resonante es el de Aurora Cannabis, empresa que entre el 5 y 6 de noviembre tuvo un alza del 119%, mientras que las acciones de Tilray lo hicieron en el orden del 60,5%. En tanto, Canopy Growth, experimentó una suba en sus acciones del 23,68% en el mismo período, ante la inminente noticia de que Biden ganaría las elecciones.
Esta suba puede explicarse como una respuesta a la posición de los demócratas. Tras la media sanción de la Ley MORE en la Cámara de Representantes en la Cámara Baja, esta postura se refuerza.
Otro aspecto a destacar en el plano internacional, fue que un día antes de la votación en el Congreso de Estados Unidos, la Organización de las Naciones Unidas aprobó algunas propuestas de la Organización Mundial de la Salud que reclasifican al cannabis y las sustancias relacionadas con este, aceptando efectivamente el potencial médico de la planta. Es decir, el cannabis y sus derivados se mantendrán ahora en la Lista I en lugar de estar en las Listas I y IV.
Esta medida histórica se trata de una victoria importante para defensores del cannabis en todo el mundo. Tiene el potencial no sólo de impulsar la industria del cannabis medicinal sino también de generar una mayor aceptación social en torno a la planta. Asimismo puede implicar un alivio en las fuertes restricciones a las investigaciones científicas al respecto del cannabis. Además, la medida podría implicar un aumento en la tendencia mundial a la legalización de la marihuana.
Al continuar en la Lista I, significa que el cannabis sigue estando sujeto a una estricta supervisión internacional, por lo que las consecuencias jurídicas inmediatas para la reglamentación son limitadas. Sin embargo, Ethan Glick, representante de los Estados Unidos en la votación destacó el potencial de la medida y expresó que “se fomentarán las investigaciones mundiales sobre el potencial terapéutico, los efectos del cannabis en la salud pública y de atraer a más investigadores al campo, incluidos los que pueden haberse visto disuadidos por la clasificación en la Lista IV”.