El objetivo principal es el establecimiento del growshop como categoría de habilitación para los comercios. También buscan representar a distribuidoras y productores de insumos para la industria del cannabis.
Como afirma el refrán popular, la unión hace la fuerza. Ese fue el eje central de la creación de la Cámara Empresarial de Grows Argentinos (CamEG), que fue presentada al público en la tarde de este miércoles en el Centro Cultural Borges (CABA). El objetivo es nuclear tanto a los growshops como a productoras y productores de insumos vinculados a la industria del cannabis y a las distribuidoras. Según consignó la nueva entidad, en Argentina hay más de 2200 growshops —incluyendo tiendas físicas y online—, 15 distribuidoras y unas 80 marcas pertenecientes a productores de insumos.
El eje está puesto en que se consolide una organización federal de los growshops. “Si bien ya hay cámaras provinciales como las de Mendoza, Córdoba y Tierra del Fuego, la idea es que esto tenga un núcleo nacional”, sostuvo Alejandro Oviedo, vicepresidente de la CamEG, en diálogo con Industria Cannabis.
Oviedo destacó los avances que permitió el INASE en cuanto al marco regulatorio de la venta de semillas. Vale remarcar que este organismo habilitó el pasado 5 de julio la compra y venta de semillas en las tiendas de cannabis, medida que fue celebrada por el sector. El activista cannábico remarcó también la importancia de la articulación de la Cámara con diferentes organismos estatales que permitan traccionar los avances para el desarrollo de los growshops. “Estamos buscando el apoyo de los organismos hoy presentes para que, dentro de las normativas provinciales y municipales, se establezca al growshop como una nueva categoría de habilitación”, afirmó el vicepresidente de la Cámara. En este sentido, señaló que el fin es evitar que se realicen clausuras arbitrarias de los comercios, como ocurrió en febrero pasado en el municipio bonaerense de San Miguel.
En la actualidad, incluso con la ley que establece el marco legal para la industria del cannabis medicinal y del cáñamo industrial, que espera su reglamentación, se omiten aspectos que hacen a la existencia de los growshops. “El nexo con el autocultivador o cultivador para un tercero no es con el campo de cultivo a gran escala”, advirtió, y añadió que por el contrario “somos nosotros y necesitamos que eso se regule”.
Durante la presentación de la cámara, en el panel participaron el secretario de la cámara y moderador, Mauro Benedetto; el abogado especializado en derecho penal, garantías y políticas de drogas Luis Osler; el ingeniero agrónomo representante del INASE, Guillermo Correa; y el ingeniero agrónomo integrante del Registro de Productos Fitosanitarios y Fertilizantes Biológicos del SENASA, Sebastián Gómez.
Osler recordó que “el grow era un mundo que funcionaba tras una cortina semi baja”, en referencia a la clandestinidad a la que se empujaba a los locales. Ponderó la importancia de la organización de la cámara desde la fuerza de la unión para reclamar conquistas después de tanto tiempo. “Cuesta mucho, después de esconderte, no solo abrirte si no juntarte con otros”. Además Osler afirmó que, en plena pandemia, los growshops han sido uno de los pocos sectores que hizo crecer las fuentes de trabajo.
A su vez, Correa explicó el rol del INASE con relación a los parámetros de calidad de las semillas y la trazabilidad de todo el proceso productivo que involucra la industria.
Por último, Sebastián Gómez indicó que el SENASA trabaja con diferentes áreas con relación a la industria del cannabis y que tienen “la voluntad política y la fuerza de trabajo” de acompañar ese proceso de crecimiento. Enfatizó sobre la novedad que ofrece el rubro cannábico y la necesidad de ir construyendo normativa con base en la experiencia.