La activista y fundadora de ExpoCannabis Uruguay y Cannabis Business Hub habló sobre qué resultados ha dejado la regulación integral uruguaya y cuáles son los desafíos pendientes de la industria del país vecino. También destacó el potencial del sector en Argentina.
Mercedes Ponce de León, activista y fundadora de ExpoCannabis Uruguay y Cannabis Business Hub, en diálogo con Industria Cannabis dio un panorama sobre la actualidad cannábica uruguaya. Balance a cinco años de la venta de cannabis de uso adulto en farmacias y mayor aceptación social a la regulación. Menor impacto del consumo en menores de edad y el combate al narcotráfico.
También, qué oportunidades han brindado las industrias del cannabis medicinal y del cáñamo industrial y cuáles son los desafíos para esta industria uruguaya que picó en punta en América Latina y el mundo.
- A cinco años del inicio de la venta de cannabis de uso adulto en farmacias, ¿qué balance hacés?
- Fue un proceso exitoso. Atrás quedaron aquellos miedos que había en la etapa previa a la aprobación de la ley, cuando se decía que iba a haber zombies por la calle, ataques narcos o asaltos a farmacias. Nada de eso sucedió, todo se dio de manera pacífica. El cannabis que producen empresas, que el Estado controla y regula y se venden en farmacias, tiene un efecto psicoactivo leve a moderado, no son flores que tengan altos porcentajes de THC, lo cual podría llegar en una primera instancia a manifestarse como una disconformidad por el público. Pero la realidad es que hoy, habiendo incorporado algunas variedades un poco más fuertes pero siempre debajo del entorno del 12% de THC, el sistema de expendio en las farmacias de Uruguay nuclea el 70% de los registros. Esto deja en evidencia que el público uruguayo que venía consumiendo prensado paraguayo hoy con las flores de la farmacia está conforme y es la vía de acceso más utilizada.
La regulación se fue instalando, normalizando y creciendo en su aceptación. Eso es muy importante porque la sociedad era resistente a los cambios y hoy lo ve como algo positivo.
- ¿Cómo ha impactado la regulación en los jóvenes y en los negocios del narcotráfico?
- Si hacemos un racconto de la cantidad de cannabis que se produce en las tres vías de acceso legales que están siendo utilizadas, le estamos quitando al narcotráfico más de 20 millones de dólares anuales. No es un golpe al narcotráfico fuerte, pero sí es un golpe. Comparando la regulación de la etapa prohibicionista con la actual, nunca una incautación policial en la etapa de la guerra contra las drogas fue tan grande, por ende la regulación actual es más efectiva que la represión a la hora de sacarle el mercado al narcotráfico.
Por otro lado, según datos de analistas sobre tendencias de usuarios, el consumo de cannabis venía en aumento antes de la regulación, mientras que después el aumento se sostuvo en el mismo porcentaje en el que venía sucediéndose. Está probado que la regulación no generó una suba en el consumo. La edad de inicio de consumo en promedio antes de la regulación era 18 años de edad y hoy es de 20 años. Los nuevos usuarios de cannabis que se inician son cada vez más adultos y esto es muy importante, el entorno regulado minorizó el impacto en los menores de edad.
- Con respecto a uno de los debates actuales, ¿qué posibilidades hay de que se habilite la venta de cannabis de uso adulto para turistas?
- Hay proyectos e intereses de empezar a vender a los turistas, eso todavía no se está aplicando pero se empieza a discutir y a proyectar. Es decir el tema está en la mesa. Diez años después de la regulación, Uruguay se da cuenta que venderle a turistas sería algo positivo y el gobierno lo quiere impulsar. Hay que recordar que cuando se aprobó la ley en 2013, este no era un escenario posible.
Además del cannabis adulto, la regulación ha permitido el desarrollo de las industrias del cannabis medicinal y del cáñamo industrial. ¿En qué escenario se encuentran esos sectores y cuáles son los desafíos?
- En Uruguay no se hablaba de cannabis medicinal y cáñamo, los otros aspectos de la regulación. Sin dudas trajeron oportunidades porque exportamos cannabis medicinal a República Checa, Portugal y Canadá. Se producen flores de cannabis medicinal para exportación y también se generan extractos de materia prima local e importada y hay productos disponibles en farmacias.
Por el lado del cáñamo industrial, tenemos 170 licencias entregadas de las cuales 5 son de comercialización y las otras 165 de producción. Las flores no psicoactivas que se producen con contenidos altos de CBD no se pueden comercializar internamente, ese es un desafío que tenemos como industria y por eso estamos trabajando para generar modificaciones. Esas flores sí se exportan, principalmente a Suiza donde se las utiliza como sustituto del tabaco para personas en vías de dejar de fumar.
- Por último, a nivel político, la fuerza oficialista Cabildo abierto pidió la derogación de la Ley 19.172 que regula la actividad. ¿Qué peso tiene esa postura en el panorama político actual?
- Es un disparate. Más allá de eso, es una movida más política interna de ellos para pararse desde un lugar más conservador dentro de lo que es la coalición de gobierno, porque más allá de las declaraciones no tiene apoyo en el aparato político en Uruguay. De hecho creemos que es una discusión saldada, la tendencia a nivel internacional es hacia la regulación, la represión y la guerra contra las drogas está más que comprobado que ha sido un fracaso y jamás ha habido un país que haya aplicado la guerra contra las drogas y el consumo y las ventas se reduzcan. Por el contrario, cada vez hay más drogas, más accesibles y más baratas. Básicamente esa psotura no propone nada nuevo, solo barrer lo que ya tenemos. Es un volver atrás. No tenemos intención de eso para nada, al contrario, queremos seguir adelante y hay muchas cosas para mejorar de la regulación. Derogar la ley sería un gran error, estaríamos desamparando a un montón de pacientes, empresas, inversores, trabajo y oportunidades. Lo vemos como algo bastante lejano de que vaya a ocurrir.
- Con respecto a la industria del cannabis en Argentina, ¿cómo la ves y qué potencialidad tiene?
- Las perspectivas en Argentina y en toda América Latina son muy importantes. Somos el continente productor de este tipo de productos agroindustriales, de hecho Paraguay es el mayor productor, desde la clandestinidad. La importancia de regular este mercado va a permitir que las economías de los países se fortalezcan. Y para Argentina, que tiene un negocio tan grande con el agro, el cultivo y la producción de cannabis es una gran oportunidad para insertarse en este negocio, crecer económicamente desde ahí y diversificar su matriz productiva. También es sabido que la combinación de cannabis como cultivo rotatorio con otros cultivos como la soja, eleva la productividad y es un gran cultivo a nivel complementario.