¿Podrá Lula garantizar el acceso al cannabis medicinal y acabar con el enfoque prohibicionista de la planta de Cannabis en Brasil?
“El pueblo quiere vivir bien, comer bien, quiere empleo, un salario justo, salud y educación, políticas públicas, libertad. Quiere libros, en vez de armas. El pueblo quiere tener nuevamente esperanza”, expresó Lula en su primer discurso tras ser electo como Presidente.
Si bien Lula remarcó la importancia de la salud en los lineamientos de su próximo gobierno, se conoce que uno de los obstáculos en materia de salud pública es la dificultad del acceso a los productos y tratamientos a base de Cannabis que padecen hoy los ciudadanos brasileros. Además, del valor de los productos.
“Creemos que es importante organizarse y exigir que el gobierno pueda aportar en relación a esta carencia y también dar una asistencia legal para crear un proyecto de ley que contemple a los pacientes trabajadores de Brasil que no pueden pagar miles de reales en productos importados cuando podríamos generar ingresos de empleo aquí a partir de actividades en los tratamientos del sistema de salud pública” expresó el abogado brasilero miembro de la Red Reforma y experto en la ley de drogas, Ítalo Coelho, en diálogo con Industrias Cannabis.
En Brasil, el movimiento de cambio de paradigma del enfoque del Cannabis ya ha comenzado. Asumir que la guerra contra las drogas ha fracasado y que el verdadero lugar de la planta está al lado de los artículos de salud es un tema urgente en Brasil.
“El tema de cambiar la ley de drogas depende de la Legislatura, pero como Presidente es importante que Lula lo tenga en sus prioridades. Por otra parte, el uso de cannabis medicinal y el autocultivo, por ejemplo, ya se ha dicho que el Estado lo puede reglamentar a través de uso de decretos”.
Si bien la llegada de Lula representa la esperanza de profundizar el cambio de paradigma, es preciso remarcar el daño causado por la Ley N° 11.343. Ésta fue promulgada en el 2006 bajo la presidencia de Lula; y dejó en manos de policías, fiscales y jueces definir quién es usuario y quién es traficante.
La ley de drogas del 2006 eliminó las penas de prisión para los usuarios. En cambio, contempló castigos de advertencia, servicio comunitario o la obligación de asistir a programas educativos. Sin embargo, el texto no definió criterios claros para diferenciar entre uso y tráfico, tales como la cantidad de drogas.
“En cuanto a la ley de drogas, se debe hacer una descripción clara y objetiva entre lo que es uso personal y el narcotráfico. ya que esto ha generado encasillamiento de los usuarios, que han sido judicializados”, explicó el abogado Coelho y concluyó: “En fin, esto hay que cambiarlo, no sé si habrá correlación de fuerzas, voluntad del gobierno para hacerlo, pero de parte de la sociedad y asociaciones de pacientes vamos a continuar esta lucha y optamos por el camino del diálogo”.
En tal sentido, las organizaciones cannábicas añoran que Lula comprenda la nueva dinámica y emule los pasos de Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, quien recientemente anunció indultos por condenas simples por posesión de cannabis y también medidas para legalizar el cannabis a nivel federal.