La Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND) aceptó una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para eliminar el cannabis y la resina de cannabis de la Lista IV de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. La ajustada votación realizada en Viena podría tener implicaciones de gran alcance para el desarrollo del cannabis medicinal.
En una votación ajustada, con 27 votos a favor, 25 en contra y una abstención, la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND, por sus siglas en inglés) aceptó una recomendación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) había realizado en enero de 2019 para eliminar el cannabis y la resina de cannabis de la Lista IV de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes y trasladarlo a la Lista I.
Con esta decisión, el cannabis y la resina se consideran dentro de las “sustancias que son muy adictivas o de probable uso indebido, y precursores que se pueden convertir en estupefacientes que son igualmente adictivos y también de probable uso indebido”, según lo expresado por la Convención. En la Lista I, por ejemplo, se encuentra también el opio.
Diana Barreneche, abogada, presidenta de Proyecto Cáñamo Argentina y creadora de F&B Canna, observó que esta “es una votación histórica (por quienes votaron de manera afirmativa) y se espera que tenga implicaciones de gran alcance para la industria mundial de la cannabis medicinal, que van desde la supervisión regulatoria hasta la investigación científica de la planta y su uso como medicamento”.
Barreneche agregó que “el resultado tiene un gran significado simbólico para el cannabis medicinal, ya que podría ayudar a impulsar los esfuerzos de legalización del cannabis medicinal en todo el mundo ahora que la CND reconoce tácitamente la utilidad médica de la droga” y que la decisión tomada por el organismo de políticas de drogas de las Naciones Unidas “podría alentar a los países a reevaluar cómo se clasifica el cannabis en sus propias listas de estupefacientes, lo que podría allanar el camino para más investigaciones sobre la marihuana medicinal y su uso como tratamiento para una variedad de dolencias y afecciones”.
Asimismo, Barreneche sostuvo que “no debería esperarse una relajación de los controles internacionales que rigen el cannabis medicinal” y que “hay quienes sostienen que la OMS no fue lo suficientemente lejos con su recomendación, ya que la cannabis no tiene un perfil de riesgo comparable al de las otras drogas de la Lista I, pero considerando lo difícil que ha sido la reforma de la cannabis a nivel de la ONU, la eliminación del Anexo IV es un paso que tanto investigadores, pacientes y quienes se dedican a esto celebrarán”.
Jamil Chade, corresponsal brasileño hace más de veinte años cubriendo temas de las Naciones Unidas, habló con Industria Cannabis acerca de la histórica decisión. "Este fue un tema que rompió muchas de las alianzas tradicionales que habían existido en la ONU en los últimos dos o tres años al menos. En varias votaciones sobre temas relacionados con la salud, había una clara alianza formada por gobiernos ultraconservadores como Brasil, Estados Unidos, Hungría y Polonia. Que adoptaron una alineación muy clara, incluso en temas, como el derecho al aborto y la educación sexual. Este grupo parecía estar muy unido, pero en ese tema se rompió esta alianza. También es interesante cómo en este caso concreto también se han desmantelado las alianzas ideológicas en términos políticos. Brasil y Hungría votaron junto a Cuba y China.". Chade señalo un otro punto que se evalua desde Ginebra. "Hay otra evaluación: de que fue una oportunidad perdida, ya que los otros cuatro temas de la resolución no fueron aprobados y que se necesitará mucho tiempo para que se vuelva a votar el tema", concluyó.
Adriana Friedheim, abogada, integrante de Proyecto Cáñamo y creadora de F&B Canna, expresó a Industria Cannabis que “es un paso importante porque sobre todo tranquiliza, le da seguridad jurídica a la industria de los medicamentos”. Sostuvo que la Lista I “es más pesada en su regulación”, pero que “al sacarlo de la Lista IV, mejora la condición del cannabis para lo que es la producción de medicamentos y queda igual que el opio. Ninguna otra cosa cambió, pero mejoró en el sentido de sacarle disposiciones más gravosas que están en la Lista IV”.
Friedheim afirmó que, entre las recomendaciones de la OMS a la CND “había dos objetivos de mínima: uno era sacar la molécula de THC de la Lista II de la segunda Convención y ponerlo en la Lista I de la primera, el otro sacar al cannabis de la Lista IV” y sumó otro fin más, acerca de que las tinturas y los preparados salgan del sistema de fiscalización.
En cuanto a la situación de Argentina, la abogada contó que “Argentina entró a la primera Convención en 1968, dictó la Ley 17818 que regula en lo que es medicamentos el expendio, la formulación, las licencias, reglamenta el tratado. Y según la Convención de 1961, los Estados pueden cultivar cannabis para el fin medicinal y haciéndolo como dice el Tratado. Argentina estableció en el artículo 3 de esta Ley que ninguno de los estupefacientes de la Lista IV podían ser usados para hacer medicamentos. O sea, tomó la postura más restrictiva. Eso se mantuvo hasta la 27350”.
Asimismo, Friedheim aseguró que en Argentina “el cannabis va a seguir donde está, solo que ya no le aplican las disposiciones de la Lista IV, entonces no habría que cambiar nada en el derecho interno”.
En otro orden, marcó que “hay algo histórico, que es el voto de Estados Unidos, porque en general tiene esta política de que de los tratados no se toca nada; sin embargo, dio este paso determinante” y que “el hecho de que haya un cambio y que Estados Unidos haya votado a favor, creo que es una señal geopolítica bastante fuerte. Esto no soluciona las cosas, pero cambia para mejor”. La abogada de F&B Canna resaltó que “los tres países de América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México) tienen una homogeneidad muy interesante, porque votaron los tres países a favor”.
A su vez, Friedheim señaló que es “absurda” la decisión que han tomado por la negativa “países que son potencias industriales, como Rusia o como China”, y clarificó que “lo que se está votando es que se normalice un estupefaciente para la fabricación de medicamentos”. En tanto, lamentó que “el bloque del Mercosur no tenga una posición en común en esto, que sería interesante”, debido al voto negativo de Brasil, que junto a Chile y a Perú fueron los países de Sudamérica que se manifestaron en contra.
La CND, el principal organismo de formulación de políticas de drogas de las Naciones Unidas, rechazó las cinco recomendaciones restantes. Después de aprobar la recomendación 5.1, los 53 Estados miembros actuales votaron las cinco propuestas restantes, con resultados negativos.
Se trata de la recomendación 5.2, para trasladar el THC de la convención de 1971 al tratado de 1961, que no logró la aprobación del organismo, con 23 votos a favor, dos abstenciones y 28 votos en contra. La recomendación 5.6 trataba de incluir determinadas preparaciones farmacéuticas con THC en la Lista III del tratado de 1961 y al estar vinculada con la 5.2, fue rechazada sin votación, junto con la recomendación 5.3.
La recomendación 5.4, que abordaba la eliminación de “extractos y tinturas de cannabis” del tratado de 1961, fue rechazada por 24 votos a favor, dos abstenciones y 27 en contra; mientras que la recomendación 5.5 fue rechazada por seis votos a favor, cuatro abstenciones y 43 en contra. Esta recomendación pretendía aclarar la confusa situación legal de los preparados de CBD con trazas de THC. Según argumentaron desde la CND, la propuesta fue redactada de manera ambigua, y las respuestas de la OMS a las preguntas de los Estados miembros sobre esta recomendación aumentaron esa ambigüedad.