En el barrio porteño de Palermo se puede visitar el Museo Argentino del Cáñamo Industrial (MACI), donde se accede a la historia de la planta en el país y el mundo. Atesora objetos de distintos usos industriales y también cuenta con una biblioteca temática y una muestra especial sobre Linera Bonaerense.
La planta de cáñamo es milenaria y diferentes culturas la han usado en textiles y alimentos a lo largo de la historia. En Argentina su cultivo fue prohibido desde 1977 por el decreto-ley 21.671 de la última dictadura. Sin embargo, a través de campañas de difusión que han impulsado organizaciones de la sociedad civil y marcos normativos más favorables, el cáñamo va recuperando terreno. En ese marco, quienes quieran conocer más en detalle la historia de la planta en el país y el mundo, los objetos que permite producir y los distintos usos industriales pueden visitar el Museo Argentino del Cáñamo Industrial (MACI), que abrió sus puertas en el barrio porteño de Palermo.
El MACI se encuentra ubicado en la calle Soler al 5662 y se puede visitar los jueves y sábados desde las 16:20 hasta las 20 hs con entrada $300 con descuentos para jubilados y estudiantes. Surgió a partir de un trabajo articulado entre la asociación civil Proyecto Cáñamo -que difunde los usos de la planta- y Latinoamericana Consultora, dedicada a la asesoría en el sector del cannabis. Ambas venían organizando talleres, charlas y otras actividades sobre el cáñamo y su universo productivo, y decidieron reunir en un museo todo eso junto con material histórico sobre la planta y una amplia variedad de productos. “Este museo funciona como una muestra permanente de objetos históricos y modernos sobre el cáñamo”, dijo a Industria Cannabis Diana Barreneche, presidenta de Proyecto Cáñamo y directora del MACI.
“También incorporamos un espacio de biblioteca del cáñamo y cannabis con documentación histórica que se puede consultar en el lugar. Esperamos incorporar más libros nacionales e internacionales sobre la temática”, agregó la abogada especialista en derecho ambiental.
Quienes visiten el MACI pueden encontrar diferentes sectores dedicados cada uno a los múltiples usos del cáñamo: textil, alimentación, cosmética y construcción. Esta última área contiene una muestra especial de fotos sobre Linera Bonaerense, la empresa que cultivaba cáñamo en los campos de la localidad de Jáuregui hasta que fue desmantelada por la última dictadura militar a fines de los setenta. “En Jáuregui se hicieron algunas casas de cáñamo que siguen de pie”, dijo Barreneche.
“Barreneche amplió: “En los mobiliarios se pueden encontrar objetos de diferentes industrias para que los visitantes se hagan una idea de las posibilidades de la planta y la diversidad de productos que se pueden hacer con sus distintas partes”.
El lugar bien podría ser motivo de visita para quienes ya conocen la planta y quieren saber más particularidades de su extensa historia. Pero también es una fuente de información para aquellas personas que no saben de qué se trata, sobre todo mientras escuchan o leen a través de medios de comunicación y redes sociales que Argentina cuenta con una ley para regular la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial.
“Es un lugar para que quienes lo visiten se saquen las dudas sobre qué es el cáñamo, cuál ha sido su historia y su rol fundamental en la evolución de diferentes sociedades”, puntualizó Barreneche, quien también refirió al estigma que ha pesado sobre la planta sobre buena parte del Siglo XX.
“También es terminar de quitar el velo al tabú que nos dejó la mal llamada prohibición, que en realidad fue un adoctrinamiento impulsado por los medios de comunicación serviles al poderío económico de diferentes industrias que hicieron que se pasara de utilizar fibras naturales a fibras sintéticas. Entonces ahora buscamos volver a esas industrias que se hacían antes, pero con la tecnología actual y los criterios de sostenibilidad y eficiencia. Eso marcaría la diferencia hacia una industria ecológica y sustentable”, concluyó Barreneche.