Con iniciativas estatales, como Cannava en Jujuy, o con sociedades mixtas, como Agrogenética Riojana, el desarrollo de la investigación y de la producción de cannabis ubica al Noroeste argentino como una de las regiones más promisorias en el aspecto medicinal. En qué estado están esos proyectos y qué otras propuestas existen en las demás provincias.
La región del Noroeste argentino (NOA) está conformada por las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja y Santiago del Estero. Jujuy y su Sociedad del Estado Cannava son siempre muy ponderadas al momento de hablar de la industria del cannabis medicinal y su potencial en el país. La provincia de La Rioja, con su Sociedad Mixta Agrogenética Riojana, es el otro puntal fuerte de la región en cuanto al desarrollo e investigación del cannabis para la salud. En las últimas semanas, Catamarca se sumó a esta iniciativa. Tucumán tiene una iniciativa de investigación por parte del CONICET. En Salta, la Cámara del Tabaco propone la creación de un polo productivo de aceite de cannabis, en un trabajo conjunto con el INTA, el CONICET y la ANMAT, pero desde hace meses se espera la firma del Ministerio de Salud provincial. Santiago del Estero cuenta con una adhesión a la Ley 27350, pero no se han dado avances significativos.
Jujuy inauguró en diciembre pasado su empresa estatal, Cannava. La empresa produjo el primer derivado de grado médico en el país y prevé que los aceites de cannabis medicinal se encuentren distribuidos en hospitales públicos, en una primera etapa, y luego en farmacias el mes de octubre. Gerardo Morales apunta a la industria del cannabis medicinal y del cáñamo como parte de un esquema de diversificación productiva, junto con el litio.En más de una oportunidad, el gobernador sostuvo que el cannabis es “una planta virtuosa” y que traería mayores rentas que el tabaco y afirmó que desde la provincia están elaborando un esquema para la transición productiva.
La provincia de La Rioja se encuentra avanzando fuertemente en un proyecto de investigación y desarrollo medicinal que se impulsa desde Agrogenética Riojana y que podría inaugurar la plantación en octubre. El objetivo, al igual que en Jujuy, es producir derivados de grado médico para abastecer al sistema de salud provincial. Si bien cuentan con un predio en condiciones de funcionar para el cultivo experimental y etapas posteriores, aún resta la llegada de las semillas del exterior, que se retrasaron debido a las restricciones bancarias pero que, con ayuda del Banco Central, lograron sortear. Prevén su primer derivado médico para fin de año y luego escalar la producción. El trabajo que desarrolla la provincia también se vincula con la formación en el cultivo y cosecha del cannabis, a la vez que tiene un fuerte abordaje en la capacitación a profesionales de la salud. Buscan que, en la etapa industrial, se involucren cooperativas y empresas locales o extranjeras.
Un aspecto a destacar en la provincia es el proyecto que encabeza la Asamblea El Retamo en la localidad de Nonogasta, donde proponen el cultivo de cáñamo para la reparación de suelos contaminados por la curtiembre durante más de 30 años con el cromo. Los integrantes de la Asamblea aseguran que el desarrollo del cáñamo industrial puede generar nuevos puestos de trabajo de forma directa o indirecta en una localidad donde, por el cierre de la curtiembre, aproximadamente 800 familias quedaron sin trabajo.
En tanto, Catamarca firmó un convenio de cooperación con el Ministerio de Producción y Ambiente de La Rioja. El mismo establece un trabajo articulado entre ambas provincias en los aspectos tendientes a la investigación y promoción del cultivo de cannabis y sus derivados con fines científicos, médicos y/o terapéuticos. Si bien por el momento se enfocarán en la investigación conjunta con La Rioja, Catamarca presentó al Estado nacional su proyecto propio y aguarda su aprobación.
El Instituto de Bioprospección y Fisiología Vegetal (INBIOFIV), de la Universidad Nacional de Tucumán, es el segundo instituto del CONICET que está autorizado a estudiar el cannabis en Argentina y el primero en el norte del país. Su proyecto es fundamentalmente de investigación y análisis de la adaptación de las semillas a las condiciones de cultivo, así como de las variedades con mayor potencial terapéutico. El Instituto brinda capacitaciones a profesionales vinculados al cannabis medicinal y también ofrece su Servicio Tecnológico de Alto Nivel (STAN) para controles de calidad, análisis y asesoramiento.
Salta, por su parte, cuenta con una interesante propuesta que espera la confirmación del Ministerio de Salud provincial y que involucra al INTA, el CONICET, la ANMAT y la Cámara del Tabaco. El objetivo es generar un polo productivo de aceite de cannabis, iniciando por pruebas en las condiciones de adaptación al Valle de Lerma de ocho cepas de la planta, que luego daría lugar al proceso de producción para los aceites. Esto sería financiado por el Fondo Especial del Tabaco. Se prevé que los aceites fabricados en Salta puedan distribuirse de manera gratuita, ya que se destinarán al sistema público de salud. Sin embargo, las autoridades provinciales aún no se han pronunciado al respecto.
Por último, Santiago del Estero no cuenta con fuertes avances en la investigación y producción de cannabis. Por el momento, la provincia tiene su adhesión a la Ley 27350 y si bien no abarca demasiadas precisiones a nivel local, su Artículo 4° establece la cobertura médica por parte de la Obra Social para los empleados del Estado provincial.