Mucho se habla hoy en la Argentina y en el mundo del Cannabis, sobre todo el medicinal. Por eso siempre que nos referimos a la industrialización de la planta decimos “Industria Cannábica Argentina”. Pero para poder seguir creciendo, construyendo esta nueva industria nacional es importante que empecemos a hablar del "El Cáñamo".
Sobre todo, del Cáñamo Industrial que en la Argentina ya está reglamentado, pero no listo para empezar a producir en escala industrial. ¿Qué nos falta? Para empezar, conocerlo y así empezaremos hoy. Ya sabemos y tenemos claro que es muy importante el Cáñamo para crear una industria generadora de fuentes de trabajo. ¿Y cómo? ¿Pero por qué? Son las primeras preguntas que nos surgen y vamos a comenzar a contestar.
Recientemente Argentina aprobó la ley de uso industrial del cannabis medicinal y cáñamo industrial y, a partir de esta ley 27.669, por ejemplo, el Instituto Nacional de la Semilla (INASE) comenzó a registrar genéticas de producción local. Estas serán las cepas autorizadas para la producción de alimentos, que es el tema que vamos a profundizar hoy.
Pero antes de comenzar a profundizar aclaremos que no es la única rama de producción del cáñamo, básicamente podríamos decir que, en casi todas, ya que la materia vegetal que nos brinda siendo tratada según el destino para uso final pueden ser, por ejemplo:
- Fibras textiles (estopa) y cordajes, de gran resistencia. Fácil y ligero de llevar.
- Semillas y aceites ricos en grasas (incluyendo omega 3) y proteínas (un 34 % aproximadamente).
- Combustibles ecológicos (biocombustibles), lubricantes y bioplásticos.
- Materiales de bioconstrucción de gran resistencia.
- Celulosa para papel.
- Aplicaciones medicinales y cosméticas de los aceites.
- Materiales aislantes, piezas plásticas y textiles para automóviles de la marca Audi y BMW, entre otras.
Cáñamo y alimentos en la Argentina
Aclarado esto, arrancamos a profundizar en cómo estamos hoy para la producción de alimentos, para construir la industria argentina de alimentos a base de cáñamo. La Comisión Nacional de Alimentos también recientemente autorizó la incorporación al Código Alimentario Argentino del grano del cáñamo, esto permitirá fabricar y comercializar productos de la semilla misma y sus derivados, como el aceite, la harina y las proteínas.
La incorporación del CAÑAMO al CAA permitirá que se puedan registrar ante el INAL alimentos con el grano, la harina o el aceite. Así los productores argentinos van a poder fabricar y comercializar golosinas, snacks, pochoclo (maíz inflado), aceites comestibles, harinas para galletitas o panificados.
Además, la semilla tiene ratio de proteína asimilable, vitaminas y antioxidantes. El cáñamo es considerado uno de los “superalimentos” del futuro y ya podríamos decir que, del presente, por su alto valor nutricional.
La semilla de cáñamo de la planta es una nuez recubierta por una piel dura de color marrón oscuro. Se consume sin la cáscara y es considerada una de las mejores proteínas vegetales por su alta proporción y porque incluye todos los aminoácidos, incluyendo los nueve esenciales que el cuerpo humano no puede producir.
Al consumir este superalimento se ayuda a mantener niveles sanos de colesterol, presión arterial, el sistema inmune y el metabolismo. La semilla del cáñamo (o nuez) se puede consumir también natural en ensaladas, cereales, yogures, salsas, frutas, vegetales, bebidas energéticas, batidos y además es una alternativa para fabricar leche vegetal.
Las personas embarazadas, madres lactantes y niños se benefician de los valores nutricionales del cáñamo. Con 30 gramos se cubre la recomendación diaria nutricional de ácido fólico en un 23% y de tiamina (vitamina B1) en un 39%. Como es un alimento libre de alérgenos, lactosa, sodio, colesterol y gluten además es ideal para las personas alérgicas o intolerantes.
Objetivos de la recuperación cañamera en el país
Por eso, uno de los objetivos principales en la construcción tiene que ser recuperar la industria cañamera en Argentina, que estuvo activa hasta la última dictadura, en 1977, cuando todos los proyectos productivos se cerraron al “confundir” el valor proteico de la semilla con los efectos narcotizantes que genera consumir el THC de la planta, provisto solamente por la flor del cannabis hembra.
Igual este problema se soluciona en 2023 cuando la Argentina aprobó uno de los puntos más novedosos en su marco regulatorio, es que considera “cannabis psicoactivo” aquellas plantas con flores secas que superen en su composición química el 1% de tetrahidrocannabinol (THC), por lo tanto, hasta ese porcentaje es legal a partir de ahora la fabricación de productos a base de la sustancia, sin entrar en conflicto con la legislación penal ni con las normativas internacionales.
Ya se puede ver en el horizonte de la industria del cannabis en la Argentina enormes monopolios, produciendo productos baratos de mala calidad para las masas. Si bien esto puede ser un resultado inevitable de la regulación generalizada. Esperamos que la industria del cáñamo se dirija hacia un trabajo más artesanal.
De manera similar en la teoría y la práctica de las cervecerías, bodegas y destilerías artesanales, una industria de cáñamo artesanal se centraría más en la calidad que en la cantidad. Los productores en menor escala cultivarían productos de alta calidad que no sólo son más sostenibles, sino que ayudarían a revitalizar las comunidades locales proporcionando puestos de trabajo.
Por eso empecemos a hablar de Cáñamo Industrial en la Argentina y esto no solo nos va a permitir crear una industria fuerte con grandes posibilidades sino también poner el foco en la soberanía alimentaria, pensando en Hambre Cero.